Cuando Rugrats debutó en 1991, no era solo una serie infantil más. Era una mirada fresca y divertida al mundo desde la perspectiva de unos bebés que creen que todo es una gran aventura. Creada por Arlene Klasky y Gábor Csupó, la serie rompió moldes con su estilo de animación único y su humor que encantaba tanto a chicos como a grandes.
El personaje de Tommy Pickles fue inspirado en el hijo menor de Klasky y Csupó, Brandon. Gábor lo dibujó con piernas delgadas, cabeza grande y sin cabello, reflejando la imagen de su hijo. Este diseño se convirtió en el rostro de la serie.
El estilo de animación, algo rugoso y desprolijo, fue intencional. Klasky quería que reflejara cómo un bebé ve el mundo: sin filtros, directo y lleno de imaginación.
Una de las características más destacadas de la serie era su capacidad para alternar entre lo que los adultos veían y lo que los bebés imaginaban. Esta doble lectura enriquecía cada episodio, permitiendo que tanto niños como adultos disfrutaran de la historia desde diferentes perspectivas.
En cuanto a los personajes, Angélica, la prima malcriada, fue inicialmente pensada como una villana clásica. Sin embargo, con el tiempo, su personaje evolucionó, mostrando una complejidad que reflejaba las realidades de la infancia. Klasky comentó al respecto:
“Creo que es genial para el show, me encanta Angélica”A pesar de las tensiones internas y cambios en el equipo creativo, Rugrats logró mantenerse vigente y relevante, convirtiéndose en una de las series animadas más queridas de todos los tiempos. Su legado perdura, y sigue siendo recordada con cariño por generaciones de espectadores.
- Arlene Klasky, entrevista en *The Guardian*, 2015
📸 Algunas capturas