Cuando Deslizadores llegó a la tele en 1995, no era solo otra serie de ciencia ficción: era como un pase VIP a infinitas realidades. Cada episodio te tiraba a un universo paralelo distinto, y los protagonistas, liderados por Quinn Mallory (Jerry O’Connell), tenían que adaptarse a reglas nuevas, gobiernos imposibles y situaciones que te dejaban rascándote la cabeza. La serie mezclaba aventura, humor y dilemas morales, mostrando que saltar entre dimensiones podía ser tan entretenido como desconcertante.
“Interpretar a Quinn era como estar en un tablero de ajedrez donde cada movimiento podía cambiar la partida entera.”Antes de ser el líder de los deslizadores, Jerry O’Connell ya había pegado fuerte con Stand by Me, y después de la serie el tipo la rompería en comedias y dramas de Hollywood, demostrando que podía sostener papeles intensos y aventureros sin despeinarse. Cada salto entre mundos lo volvía más ingenioso, más rápido para improvisar y más confiable para salvar al grupo de las situaciones más locas.
- Jerry O’Connell, entrevista en *Sci-Fi Weekly*, 1996
“Cada mundo que visitábamos era un reto creativo: reinventar la historia sin perder la esencia de los personajes.”John Rhys-Davies, antes de convertirse en Gimli, aportaba peso, humor y autoridad al grupo. El tipo tenía un timing perfecto y siempre sabía cómo mantener al equipo cuerdo cuando los mundos paralelos se ponían peligrosos o absurdos. Su química con O’Connell y el resto del elenco hacía que los saltos entre dimensiones fueran creíbles, aun cuando las situaciones parecían totalmente imposibles.
- John Rhys-Davies, sobre su papel como Arturo Sumner, *Starlog Magazine*, 1997
“Actuar en Deslizadores era como montar una montaña rusa: nunca sabías qué giro vendría después.”Sabrina Lloyd era la voz sensata del grupo, pero también la que le ponía chispa a los momentos más tensos. Cleavant Derricks, por su parte, hacía de Rembrandt Brown un personaje inolvidable: cantante frustrado y alma del grupo, con cada comentario capaz de levantar una escena o ponerla en perspectiva.
- Sabrina Lloyd, sobre su papel como Wade, entrevista en *TV Guide*, 1996
“Lo más divertido era que, aunque estábamos en mundos distintos, los problemas humanos siempre eran reconocibles.”El equipo creativo combinaba efectos prácticos, sets y locaciones reales para que cada mundo paralelo se sintiera tangible. La serie jugaba con realidades alternativas donde la historia tomaba giros locos: tiranías extrañas, pandemias inventadas, sociedades utópicas o distópicas… y cada episodio mantenía al espectador al borde del asiento.
- Cleavant Derricks, sobre su papel como Rembrandt Brown, entrevista en *Sci-Fi Today*, 1997
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