En un futuro cercano, dos científicos, Doug Phillips y Tony Newman, se convierten en las primeras víctimas de un experimento secreto del gobierno estadounidense: el túnel del tiempo. Durante un intento de crear una máquina para viajar en el tiempo, ambos se ven atrapados en una red de aventuras que los lleva a distintas épocas y eventos históricos, desde la antigua Roma hasta la Segunda Guerra Mundial. Desesperados por regresar a su tiempo, los dos compañeros enfrentan constantes desafíos y situaciones inesperadas mientras intentan encontrar la forma de controlar el túnel.
- La serie mostró una mezcla de futuro distópico y eventos históricos, algo innovador en los 60s.
- Los episodios eran independientes entre sí, lo que permitía a los espectadores disfrutar de cada viaje sin una línea de tiempo continua.
- El túnel en sí mismo era un símbolo visual de la incertidumbre y los peligros del viaje en el tiempo.
- El Túnel del Tiempo fue una de las primeras series en explorar el concepto de paradojas temporales en la televisión.
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El túnel del tiempo: “Sí, el tipo viajaba sin GPS ni tutorial” 🕰️
Imaginate: 1966, la tele prendida, y de repente dos tipos, Doug y Tony, quedan atrapados en un experimento loco que los manda de acá para allá en el tiempo. Pero ojo, no era Star Trek ni nada con efectos locos; era todo más simple, pero la idea de perderse en la historia, sin saber dónde ni cuándo vas a aterrizar, pegaba fuerte.
El creador, Irwin Allen, ya venía de meter mano en producciones de ciencia ficción y aventuras como *Viaje al fondo del mar* y *Perdidos en el espacio*, y acá armó una serie con mucha atmósfera y suspenso que, aunque duró solo una temporada, dejó marca. Allen sabía mezclar lo futurista con lo histórico y el drama humano, todo en un solo paquete.
Los protagonistas, James Darren (Doug Phillips) y Robert Colbert (Tony Newman), tenían la difícil tarea de cargar con la serie al hombro. Darren, que venía de una carrera como cantante y actor juvenil en los ‘50, había hecho papeles en westerns y películas románticas, y con El túnel del tiempo encontró un lugar donde mostrarse más heroico y serio.
“Estar atrapado en el tiempo sin saber qué pasaría fue una metáfora que a mucha gente le pegó fuerte, no sólo un sci-fi más”Por su parte, Robert Colbert venía del teatro y la TV tradicional, con varios papeles en series de acción y westerns. Su rol aquí le dio visibilidad, aunque no alcanzó tanta fama masiva después. Sin embargo, siguió trabajando en televisión hasta los ‘80 y en eventos para fanáticos.
- James Darren, entrevista en TV Guide, 1967
“La química con James era clave, como estar perdidos juntos en un mundo que no entiendes”A nivel técnico y creativo, la serie fue una de las primeras en la tele que se animó a jugar con paradojas temporales y viajes a eventos históricos importantes, algo que más tarde se volvió un clásico de la ciencia ficción. También tuvo esa vibra de incertidumbre constante, donde el peligro no era solo físico, sino temporal y existencial.
- Robert Colbert, entrevista en Fangoria Magazine, 1978
La serie tuvo una vida corta pero intensa, y aunque no fue un éxito rotundo, creó una base para que otros programas de viajes en el tiempo se animaran a explorar lo mismo, con más presupuesto y efectos. En cuanto al equipo, destacaba el trabajo del veterano Whit Bissell y John Zaremba, quienes aportaban ese toque científico y serio para balancear la aventura.
“Irwin Allen fue un pionero en combinar ciencia y drama, y *El túnel del tiempo* es un ejemplo claro de eso”Después de la serie, James Darren siguió con una carrera sólida, combinando la actuación con la música, apareciendo en series como *Star Trek: Deep Space Nine* y *General Hospital*. Por su parte, Robert Colbert continuó trabajando en televisión y teatro, con roles menores y participando en convenciones de fans. Los actores secundarios como Whit Bissell y John Zaremba siguieron siendo caras conocidas en papeles de autoridad o científicos en múltiples producciones clásicas.
- Historiador de televisión, Dr. Carlos López, 2019
El Tunel del Tiempo fue una serie que, con pocos capítulos y mucho ingenio, dejó una marca indeleble en la ciencia ficción de la tele.
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