En 1974, William Hanna decidió que los dinosaurios no solo debían quedarse en los museos: había que llevarlos a la televisión, y mejor aún, junto a una familia moderna. Así nació El Valle de los Dinosaurios, donde los Marshall se ven atrapados en un mundo donde el tiempo se mezcla y los dinosaurios caminan como si fueran vecinos del barrio.
Lo loco es que, a pesar de ser una serie animada de los años ’70, cada episodio intentaba combinar aventura, suspense y enseñanzas familiares. La animación seguía el clásico estilo Hanna-Barbera, con fondos pintados a mano y personajes expresivos, y los dinosaurios, aunque simples en movimiento, transmitían fuerza y peligro gracias a la dirección de William Hanna.
“Queríamos que los niños sintieran que podían explorar este mundo y aprender algo de cada criatura y desafío que encontraban los Marshall”Los personajes humanos tenían líneas de diálogo claras y divertidas, mientras que los dinosaurios y criaturas prehistóricas se movían con exageraciones para hacer la acción más emocionante. Cada capítulo era un desafío creativo: combinar la vida familiar con la tensión de un mundo salvaje, sin perder la coherencia ni el humor.
- William Hanna, entrevista en Animation Magazine, 1975
“La animación era limitada, pero tratamos de que cada rugido y movimiento contara una historia”Al final, El Valle de los Dinosaurios no solo fue un entretenimiento para niños: fue un experimento visual y narrativo que combinó imaginación, aventuras prehistóricas y valores familiares. Cada vez que se ve a los dinosaurios deambulando por el valle, uno no puede evitar pensar: “sí, en la televisión también se puede viajar en el tiempo y aprender algo divertido en el camino”.
- Joseph Barbera, entrevista en Hanna-Barbera Studio Notes, 1974
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