Cuando Fama apareció en 1982, no era solo una serie… era un torbellino de música, danza y drama juvenil. Basada en la película de Alan Parker, la producción quería que cada episodio se sintiera como un mini espectáculo: actuaciones en vivo, coreografías complicadas y escenas dramáticas que reflejaban la vida real de los estudiantes de la Escuela de Artes de Nueva York.
Lo loco es que NBC no estaba segura de qué hacer con tanta música y baile. Un ejecutivo comentó: “¿Una serie de baile con problemas adolescentes y números musicales? Esto no va a durar”. Se equivocó fuerte.
Y mirá esto: los actores venían de distintos rincones de Estados Unidos y del mundo, con formación variada en danza, música y teatro. Gene Anthony Ray, que interpretaba a Leroy Johnson, era un fenómeno natural: autodidacta, con un talento que desbordaba la pantalla. Trágicamente, Ray murió joven de complicaciones relacionadas con el sida, dejando un vacío enorme en la comunidad artística.
El set era un hervidero de energía: Debbie Allen no solo actuaba, también coreografiaba y entrenaba a los jóvenes para que cada número musical tuviera fuerza y emoción auténtica.
“Fama fue un sueño hecho realidad. Quisimos mostrar que la pasión por el arte puede transformar vidas”El resultado fue una serie que no solo entretenía… inspiraba. Los números musicales contaban la historia, la música pop y el ritmo urbano de Nueva York se sentían en cada escena, y la serie logró capturar la esencia de lo que era ser un joven artista en los 80.
- Debbie Allen, entrevistada en The New York Times, 1984
“Queríamos que cada movimiento, cada salto y cada nota musical transmitiera emoción real. No era solo coreografía, era vida”Y sí, hubo problemas también: combinar drama, danza y música en episodios semanales era agotador, pero el resultado fue inolvidable y sentó un estándar para series musicales posteriores.
- Debbie Allen, entrevista en 1985 con TV Guide
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