Cuando apareció The Ant and the Aardvark a fines de los 60, los estudios DePatie–Freleng buscaban repetir la fórmula de La Pantera Rosa, pero con una dupla más delirante: un oso hormiguero azul de voz profunda y una hormiga roja que siempre lograba salirse con la suya. El contraste era simple, pero explosivo para la comedia slapstick.
“La idea era hacer un ‘cazador y presa’, pero darle un giro absurdo. El oso hormiguero tenía que ser torpe, mientras la hormiga siempre encontraba una salida ingeniosa.”El detalle que marcó la diferencia fue la voz. El oso hormiguero hablaba como Jackie Mason, un comediante famoso en esa época, lo que sumaba un tono sarcástico y distinto a los típicos villanos mudos de los cartoons.
- Friz Freleng (productor), entrevista en *Animation Magazine*, 1971
“Quisimos que la voz del oso fuera casi un personaje en sí mismo. Tenía que sonar cansado, fastidiado y gracioso al mismo tiempo.”En cuanto al diseño, DePatie–Freleng apostó por la simplicidad. Los fondos eran planos, con colores fuertes y pocos detalles. Esto no era casualidad: ayudaba a que los gags visuales resaltaran y a producir los cortos con rapidez y bajo costo.
- Gerry Chiniquy (director), *The Art of DePatie-Freleng*, 1980
“Era animación limitada, pero efectiva. Con menos movimiento, los golpes, caídas y persecuciones tenían un timing más marcado.”Aunque no alcanzó la popularidad de La Pantera Rosa, la serie encontró su lugar como uno de esos cartoons que siempre arrancaban una sonrisa en la programación de la época. Y todavía hoy, el oso hormiguero sigue siendo el perdedor más querido de la animación.
- Robert Givens (diseñador de layout), charla en *ASIFA-Hollywood*, 1985
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