Antes de tener un brazo de acero y una oreja con radar, Lindsay Wagner era una actriz que venía remando fuerte en la tele. Había hecho capítulos sueltos en series como The FBI, Adam-12 y Marcus Welby, M.D., pero Hollywood la tenía encasillada en papeles suaves, de chica buena. Hasta que llegó El Hombre Nuclear y todo cambió.
“Me ofrecieron el papel solo por un par de episodios. Jaime iba a morir. Ni siquiera tenía continuidad.”Pero la respuesta del público fue brutal. Todos querían más de esa rubia biónica que tenía fuerza bruta y sensibilidad real. Así nació su propia serie. Y ella, que no venía del mundo de la ciencia ficción, se convirtió en ícono sin planearlo.
- Lindsay Wagner, entrevista con *TV Guide*, 1977
“No me veía haciendo acción. Yo era tímida, sensible... pero Jaime me dio una voz distinta.”Ganó un Emmy en 1977, algo que ni La Mujer Maravilla ni El Hombre Nuclear lograron. Y todo sin súper trajes ni capas. Su poder era distinto: más humano, más emocional, más real.
- Lindsay Wagner, *The Hollywood Reporter*, 2003
“Fue una victoria rara: una serie de acción con una mujer que lloraba, que dudaba... y aun así era fuerte.”Después del final en 1978, Wagner siguió en la tele, pero ya no como heroína cyborg. Hizo dramas, comedias, películas biográficas… incluso un musical con Kenny Rogers. Aunque muchos productores le veían la cara y seguían diciendo: “¡eh, la mujer biónica!”.
- Kenneth Johnson, creador, *TV Legends*, 2000
“Nunca dejé de ser Jaime para mucha gente. Al principio me molestaba… después entendí que no todos tienen algo así de fuerte en su carrera.”Lo más loco es que nunca entrenó para escenas de acción. Lo suyo era más de emociones que de patadas. Pero con un poco de cámara lenta y ese sonidito inolvidable, parecía una mezcla de Terminator y Florence Nightingale. Años después, se volcó a la vida espiritual. Dio talleres de sanación emocional, escribió libros y se convirtió en referente de bienestar y conciencia interior. Un giro total, pero coherente con lo que siempre transmitió como actriz: fuerza con dulzura. Porque Jaime Sommers no era solo una mujer biónica. Era una mujer completa. Y Lindsay, sin quererlo, se volvió parte de la historia de la tele.
- Lindsay Wagner, entrevista con *CBS*, 1994
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