Los restos de un pequeño avión no arrojan cuerpos, solo un cilindro de metal sellado inusualmente liviano. Los invasores intentan secuestrarlo mientras se dirige a un laboratorio para su análisis. La historia del periódico trae a Vincent a la escena. Él convence a A.J. Richards (Milton Selzer), el jefe del laboratorio, para tender una trampa con un duplicado falso, pero nadie muerde el anzuelo.