Cuando The Smurfs llegó a la pantalla en 1981 de la mano de Hanna-Barbera, nadie esperaba que un grupo de duendecillos azules de origen belga se convirtieran en un fenómeno global que duraría casi una década. Peyo, su creador, aceptó ceder sus personajes, pero insistió en mantener su espíritu comunitario y moral, aunque los americanos le dieran un giro más dinámico.
Lo interesante es que Hanna-Barbera tuvo que simplificar mucho el trazo de Peyo para poder animar rápido y barato. William Hanna lo explicó una vez con humor:
“Con 30 Pitufos en pantalla, no podíamos dibujar cada arruga o detalle europeo. Tenían que ser simples y reconocibles de un vistazo.”La música también fue clave. Hoy el “la-la-la” suena inocente, pero su creador musical, Hoyt Curtin (el mismo de Los Picapiedra), contó que trabajaron para que fuera pegajoso, internacional y casi infantilmente hipnótico.
- William Hanna, entrevista en *Los Angeles Times*, 1981
“Era una canción que un chico podía cantar en cualquier idioma. Esa fue la clave de que sonara en todo el mundo.”¿Y los actores de voz? Don Messick, que interpretaba a Papá Pitufo, decía que el reto era mantener una voz sabia pero no aburrida.
- Hoyt Curtin, *Animation Magazine*, 1982
“Papá Pitufo debía sonar paternal sin sonar sermoneador. Si los niños apagaban la tele, perdíamos la magia.”El resultado: nueve temporadas, 258 episodios, y un merchandising que invadió los ’80. Figuras, cromos, peluches y hasta cereales. Para Peyo, que nunca imaginó a sus personajes más allá de un cómic franco-belga, fue como verlos emigrar a un universo paralelo.
- Don Messick, *TV Guide*, 1983
“Al principio pensé que los Pitufos eran demasiado europeos. Me equivoqué: son universales.”Al final, esos pequeños azules no solo pitufaron la pantalla: pitufaron la cultura pop.
- Peyo, conferencia en Bruselas, 1984
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